El segundo cortometraje de Juan Pablo Zaramella, para este filme utiliza la técnica de la pixilación, lo que sirve de estudio para trabajos posteriores como Luminaris. En el cortometraje se advierten claras influencias del Neighbours (1952) de Norman McLaren donde la animación se adueña de los comportamientos humanos, desarrollada de manera hiperbólica, para someter a los personajes. Y es de esta representación de la hipérbole de donde surge el componente cómico.
El personaje recibe un paquete con un elegante guante, una vez puesto domina sus movimientos y descarga todo su poder para tratar de subordinarlo, el protagonista se defiende, pero el poder del guante es difícil de controlar y lo trata de abocar a la tiranía, pero el protagonista no se deja doblegar y finalmente se libra de él, eso sí, pagando sus consecuencias.
Una vez más el universo de Zaramella destila un aire nostálgico con una ubicación temporal anacrónica que nos sitúa en un pasado no muy lejano o un futuro distópico al más puro estilo clásico.
Intérpretes: Gustavo Cornillón.